domingo, 9 de junio de 2013

El hombre providencialista es el hombre de visión amplia y profunda. Y tengan en cuenta que tendremos esta visión en amplitud y en profundidad sólo si el Espíritu Santo desarrolla la fe en nosotros, a través de sus dones, hasta su plena madurez


HUERFANO
Abandonado y solitario
Vago por el mundo
Mi padre me ha expulsado
Y no tengo un nido.
Con mano de hierro
Arrancado del amor materno
Me dejaron en el frío
De una multitud sin rostro.
A mi alrededor veo la paz
Palabras entusiastas
Para los padres, alabanzas
Yo sigo entre lágrimas.
Mi corazón muere de frío
Porque nadie me ama
Y yo sigo a la espera
De que alguien me ame. (15- setiembre- 1902)
No perdamos de vista esta intrínseca conexión : el
amor mediante
el cual unos se obsequian a otros en un plano infer
ior constituye un
seguro de que eso acontezca en el plano superior. ...
La relación
básica entre padre e hijo es un seguro para experim
entar la
realidad del Padre celestial. Sin este fundamento d
e vivencias en el
plano humano, el conocimiento y el amor de Dios seg
uirán siendo
una obra inconclusa, aunque el buen Dios regale la
gracia de
alcanzar la entrega a El sin esa asociación en los
planos
inferiores...”

“¿NO ERA ACASO NECESARIO...?”                                                               En el Evangelio de san Lucas, Jesús plantea a los discípulos de
Emaús esta pregunta : “¿No era acaso necesario que
el Cristo
padeciera todo eso y entrara así en su gloria?”.
La historia y misión del Padre Kentenich dan fundam
ento para
descubrir en ellas alguna semejanza con este mister
ioso “¿No era
acaso necesario?”. El tuvo que crecer sin padre. El
poema arriba
transcrito, que él compuso un fin de semana en Ehre
nbreitstein a la
edad de 16 años, refleja “su insatisfecho anhelo de
sentirse hijo
ante un padre. El sufre ante el rechazo de su propi
o padre a
reconocerlo como hijo” ( Hermana Doria Schlickmann,
Los Años de
Vida Oculta, pág. 141).
¿Fue acaso necesario que sufriera todo eso, para as
í convertirse
en el trasparente del Padre celestial que llegó a s
er? Con toda
certeza podemos afirmar que este sufrimiento tuvo u
n persistente
influjo en el desarrollo de su personalidad y poste
rior actividad.
Aquí también constatamos el profundo misterio de la
conducción
divina en su vida.
¿Qué nos dice todo esto? ¿Constato yo también en m
i propia
biografía, en la experiencia y decantación del sufr
imiento y del
desencanto, este “¿acaso no era necesario?...”. Pid
ámosle a
nuestro Padre Kentenich que nos ayude a profundizar
y dar nuestro
Sí al misterio de la conducción divina en nuestra v
ida personal. Y
que podamos acompañar servicialmente a los nuestros
en este
camino.
Félix Kreutzwald
LAS HUELLAS DE DIOS
El Santuario Hogar lugar privilegiado en donde como familia podemos descubrir las
huellas de Dios en nuestra vida
El método de la Fe Práctica en la Divina Providencia , sus pasos para descubrir
y discernir la voluntad de Dios tanto en lo personal como familiar.
Que el Santuario Hogar, sea una escuela en donde aprendemos a descubrir el
querer de Dios para nuestra Familia, y para la vida.
La Fe Práctica en la Divina Providencia
Al proclamar Benedicto XVI un año de la Fe, queremos descubrir cómo el Pa
-
dre José Kentenich nos invita a vivir nuestra Fe, de una manera práctica.
La Fe Práctica en la Divina Providencia es uno de los mayores aportes de la es
-
piritualidad de Schoenstatt a la Iglesia, que nos lleva a descubrir a Dios y su voluntad
en medio del mundo, en y a través de las creaturas, de lo material, de los afanes y cir
-
cunstancias concretas de la vida. No es solo una confianza en Dios, sino más bien una
cosmovisión, una búsqueda activa del Dios de la vida y de la historia que involucra
toda nuestra existencia, un camino de santidad para el mundo actual. Para las familias
es un método a través del cual, en Alianza de Amor se va descubriendo el querer de
Dios para cada familia, matrimonio, hijos, mundo laboral, social, etc.
El Santuario Hogar lugar donde como familia
descubrimos las
“huellas de Dios”
La Hna. Annete Nailis en el libro
“La santificación de la vida diaria”
explica
que todas las cosas son huellas y deseos encarnados de Dios:
“Las cosas de este
mundo no sólo tienen un valor propio, sino que además una significación simbólica.
Todas ellas son como pequeños profetas de Dios, que por encargo suyo nos traen una
buena nueva de Dios, de sus atributos y de sus propósitos, para inflamarnos en un
gran amor a Dios”.
Así,
todo lo que se viva dentro del santuario hogar
nos debe llevar a Dios.
Cada experiencia filial y fraterna debe llegar a ser camino para encontrarse con nuestro creador. Por el contrario, cuando las relaciones familiares no son cálidas y pierden
humanidad, se van depositando las semillas de la deshumanización.

Movimiento Apostólico de Schoenstatt, un movimiento dentro de la Iglesia

Movimiento Apostólico de Schoenstatt, un movimiento dentro de la Iglesia


El Movimiento de Schoenstatt se cuenta entre los más antiguos de los " movimientos y nuevas comunidades" de la Iglesia Católica.
Fue fundado por el Padre José Kentenich (1885 - 1968). Su nombre deriva del lugar donde surgió: Schoenstatt, un barrio del pueblo de Vallendar, próximo a Coblenza, Alemania. La fundación tuvo lugar el 18 de octubre de 1914, en el "Santuario original", una modesta capilla consagrada a la Sma. Virgen. Schoenstatt interpreta esa fundación como una "Alianza de Amor" según el modelo bíblico de la Alianza de Dios con los hombres.
La Sma. Virgen, la mujer que está cerca de Dios y de los hombres, desempeña un papel central en esa Alianza de Amor. Mediante dicha Alianza, en la cual es muy importante la mutua responsabilidad de los aliados, se le pide a la Sma. Virgen que obre especialmente en Schoenstatt como madre y educadora de los cristianos, y los conduzca así hacia un amor a Dios y a los hombres que sea profundo y vital, y capaz de proyectarse en la vida diaria.
La Alianza de Amor con la Sma. Virgen, y la consiguiente vinculación al "Santuario original", se convirtieron en eje de Schoenstatt en cuanto centro de espiritualidad, y en eje y hogar espirituales del Movimiento apostólico internacional de Schoenstatt.
Hoy Schoenstatt es centro internacional y espiritual del Movimiento de Schoenstatt, presente en más de 110 países. En todo el mundo existen unos 200 centros de Schoenstatt con su correspondiente "Santuario de Schoenstatt", copia fiel del Santuario original que se alza en Schoenstatt/Vallendar. Schoenstatt acompaña y forma a varios millones de personas en su camino de fe, sobre todo mediante la "Campaña de la Virgen Peregrina de Schoenstatt", surgida en 1950 en Brasil. A través de esta Campaña, la Iglesia va en busca de los hombres con una pastoral misionera y de encuentro.
La espiritualidad de Schoenstatt está marcada decisivamente por la fe en la conducción divina en la vida diaria y por un organismo de vinculaciones a personas, lugares e ideales.
Ya décadas antes del Concilio Vaticano II el P. Kentenich percibió con claridad que la Iglesia necesitaba personas y comunidades que estuvieran formadas desde lo interior de sí mismas y no por el entorno que las rodeaba; personas y comunidades que en el "espíritu de los hijos libres de Dios" supieran decidirse personalmente por Dios. Schoenstatt considera que una de sus principales tareas es mantener vivo el espíritu del Concilio Vaticano II y ayudar a plasmarlo cada vez más en la realidad de la Iglesia.
En la labor concreta se trata de crear las condiciones pedagógicas que promuevan una fe que cale en la vida cotidiana. Junto con otros medios prácticos para la educación de la personalidad, la espiritualidad de Schoenstatt ofrece sobre todo una formación sustentada en la vida misma: en los acontecimientos, los hombres, los encuentros, el Dios de la Vida nos habla y llama a obrar concretamente.
En la Alianza de Amor y en la vinculación a los diferentes Santuarios de Schoenstatt, los hombres hallan un hogar en el amor misericordioso de Dios que es fundamento firme para la actividad apostólica. Se entregan al amor redentor de Cristo que impulsa hacia la acción evangelizadora. Tal como lo acentuara el P. Kentenich en armonía con el Concilio, el objetivo es modelar el mundo desde adentro y en el Espíritu Santo, llevar en sí mismo la atmósfera religiosa y encauzarla hacia el entorno. De este modo Schoenstatt procura generar un clima en el cual crezcan hombres, cristianos, que se decidan libremente, que tomen iniciativas, conscientes de la responsabilidad que tienen para consigo mismos, para con los demás y para con el mundo, que se alegren de la variedad de vocaciones y carismas.
Los miembros del Movimiento trabajan en una gran cantidad de proyectos educativos, asistenciales, actividades en el campo de las misiones, la cultura y la política, particularmente en colaboración con otras comunidades religiosas e iniciativas de la Iglesia

HISTORIA DE SCHOENSTATT

Historia

Panorama de la Historia de Schoenstatt: desde la capilla hasta los confines del Mundo
Cuando el P. Kentenich y los estudiantes sellaron la Alianza de Amor con María en la pequeña capilla en el valle de Schoenstatt, nació un lugar gracias, que se convirtió en el origen de un Movimiento que crecería, y se expandería pero que también experimentaría severas pruebas y tormentas.
El Padre Kentenich quería, esencialmente, crear una vida espiritual que fuera adaptable a condiciones de cambios rápidos del mundo moderno. Los propósitos y planes de los jóvenes estudiantes fueron duramente puestos a prueba cuando muchos de ellos fueron llamados a servir en los frentes de batalla en la primera guerra mundial. Fue ahí que, esta nueva visión y vida pasaron la prueba, y la vida y el testimonio de los jóvenes miembros de Schoenstatt - apoyados por la revista MTA que llevó sus experiencias más allá de sus propios rangos - atrajeron a más personas de diferentes estados de vida.

Entre Guerras

Entre las guerras, Schoenstatt empezó a crecer como un centro de retiros que servía a distintos grupos de personas de diferentes estados de vida. El mismo P. Kentenich dio muchas de las charlas y retiros, desarrollando el tema de la Alianza de Amor con María. El hizo énfasis en como el mundo se movía hacia una nueva era y la Iglesia debía dar una respuesta convincente a las necesidades del tiempo. Durante los años 30, las actividades del Movimiento fueron seguidas desde cerca por los Nazis.
Al mismo tiempo, El P. Kentenich empezó a enviar Hermanas de María a otros continentes para expandir el movimiento en los diferentes países. Era muy común que antiguos estudiantes de la generación fundadora, que ahora trabajaban como Padres Pallotinos en otros continentes, abrieran las puertas para ellas.

Internacional

En 1941 el P. Kentenich fue arrestado y enviado al campo de concentración de Dachau por cuatro años. Él empezó a expandir Schoenstatt ahí entre los prisioneros, también italianos, polacos, checos y de otras nacionalidades.
En 1944 fundó, junto con ellos, la "Internacional."
El primer santuario filial fue inaugurado el 18 de octubre de 1943, por Mons. Alfredo Viola, Obispo de Salto, en Nueva Helvecia, Uruguay. Los santuarios filiales surgieron por iniciativa de las Hermanas de María alemanas que fueron enviadas como misioneras a los países sud-americanos.
Las Hermanas de Uruguay se habían dado cuenta lo difícil que era vincular un pueblo a un santuario distante, y además de eso, en territorio alemán, en un tiempo de guerra y subjeción al nacismo. Tuvieron la iniciativa de construir una réplica del Santuario Original, que fue inaugurada el 18 de octubre de 1943, en Nueva Helvecia. Por ese entonces, el Fundador, P. José Kentenich, estaba en Dachau, por eso no fue posible pedir antes su consentimiento expresamente.
Al recibir noticias de este hecho, el P. Kentenich vio una acción divina y asumió la idea de construir un santuario filial en cada lugar donde Schoenstatt florecía. Hoy Schoenstatt no es solo un lugar de gracias a orillas del Rin en Alemania. En torno a cada santuario filial (200 hoy en día) Schoenstatt es también un lugar hermoso donde muchos podemos experimentar la presencia de Dios. Schoenstatt es una "red de santuarios" y quiere ser un puente entre la tierra y el cielo, hasta que todo el mundo se convierta en un "lugar hermoso."

Frutos de "Dachau"

En Dachau el Padre Kentenich pudo experimentar en si mismo, y en la vida de aquellos schoenstattianos que lo acompañaban, la fuerza transformadora y victoriosa de la Alianza de Amor con la Sma. Vir­gen, con la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt.
Alianza de Amor vivida, ciertamente, a la altura de la «Inscriptio», es decir, con una predisposición positiva frente a la realidad de la Cruz y del sufrimiento. En ese banco de pruebas vivió el choque frontal entre el «poder de las tinieblas» (cf Col. 1, 13) y la Gran Señal, la «Mujer reves­tida del sol» (cf Apoc 12, 1). Y allí recibió una doble confirmación: por una parte, la catástrofe antropológica hacia la cual marchaba el Occi­dente; por la otra, el sello divino de la Obra que había fundado. Más aún, percibió que el «fenómeno Dachau» no era un hecho aislado, sino más bien el preludio de lo que, de una u otra manera, iba a suceder en todo el mundo. Los campos de concentración -afirmará- han sido, al mismo tiempo, «campos de preparación».
De ahí que, saliendo de Dachau, cambiara la estrategia en la conducción de la Familia de Schoenstatt. Si hasta ese momento, es decir, durante treinta años, su acción se caracterizó por un estilo más bien silencioso y prudente, en adelante su actuar llevará la impronta del riesgo, la audacia y una dinámica mucho más fuerte.
Debemos registrar también otro hecho decisivo: en el campo de concentración, el Padre Kentenich fundó la «Internacional» de Schoenstatt. A ello lo llevó una lectura creyente de las circunstancias, de los signos de los tiempos. Allí se encontraban prisioneros sacerdotes de diversos países de Europa. En ese acontecimiento, ¿Dios no le esta­ba indicando un camino para darle una dimensión y dinámica inter­nacionales a la Obra que había comenzado? El 18 de octubre de 1944, bajo la lluvia, el Padre Kentenich dio un paso decisivo hacia adelante: «... Hoy queremos formar aquí una «Internacional». Todos están repre­sentados. Hasta ahora Schoenstatt era una obra limitada. Hoy rompe el marco y se hace internacional».
En Dachau, y en el Tercer Documento de Fundación, encontra­mos las claves decisivas que iluminan todo el periodo siguiente de su acción apostólica. Tras haber podido percibir, en forma directa, los extremos de rebajamiento del hombre a que conduce todo proyecto colectivista -cualquiera sea su variante o tonalidad-, tras experimentar el espíritu con el cual se puede vencer ese tipo de hombre y darle a su Obra una base conscientemente internacional, el Padre Kentenich parte de Dachau. Y, en cuanto se lo permiten las circunstancias, sale al mun­do en búsqueda de aliados: «Nuestra misión mariana no me ha dejado en paz; me ha dado fuerza y coraje para rastrillar todo el mundo, buscando aliados que me ayuden a realizar plenamente esta misión» (carta al Padre Carlos Sehr, 1956). Entre 1947 y 1952, visito a Sudáfrica, Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Estados Unidos.

Pruebas

Durante este periodo escribió una larga carta a las autoridades de la Iglesia en Alemania, que puso sobre el altar del santuario en Bellavista, Chile, el 31 de Mayo de 1949. En esta carta, el P. Kentenich resalta los peligros que enfrenta la Iglesia debido a algunos modelos de pensamiento teológico que separaban la vida de Dios de su creación y a nuestra humanidad del Espíritu, una actitud que él describe como un "pensar, vivir y amar mecanicista." La carta no fue comprendida sino considerada como ofensiva. Una respuesta a esto fue la visitación a Schoenstatt por parte de las autoridades eclesiales luego de la cual, el P. Kentenich fue exiliado a los Estados Unidos por 14 años. Durante este tiempo, el Movimiento en Schoenstatt y en otros países sufrió una severa presión y estuvo cerca de ser disuelto en varias ocasiones. En el Movimiento, este tiempo llevó a una entrega heroica y a muchos sacrificios, siguiendo el ejemplo de amor a la Iglesia de su Fundador.
El Concilio Vaticano II abrió una nueva visión de la Iglesia que comprendió mejor la obra del P. Kentenich y en 1965 fue llamado de regreso a su tierra y plenamente restituido por el Papa Paulo VI. Durante los tres años siguientes le fue posible continuar con su trabajo con el Movimiento, murió el 15 de septiembre de 1968.
Después de la muerte del Padre Kentenich, el Movimiento de Schoenstatt permaneció profundamente vinculado a la persona del Fundador, trabajando en el crecimiento de una fidelidad creativa a su misión y a su carisma, adaptándose a nuevos ambientes culturales y a retos históricos.

Rumbo al centenario de la Alianza

En 1985, la celebración del cumpleaños número 100 del P. Kentenich, el Movimiento de Schoenstatt se unió en una gran celebración internacional en Schoenstatt y Roma, bajo el lema: Tu Alianza - nuestra Vida.
Desde entonces, el Movimiento se ha extendido en más países y, recuperándose de los "años de exilio," trabaja para ofrecer su contribución a la Iglesia y a la sociedad, también en colaboración con otros movimientos eclesiales.
Desde el 1° al 7 de febrero de 2009, la Conferencia 2014 dío inicio a nivel mundial a la preparación del centenario de la Alianza de Amor, comenzando con el 18 de octubre de 2013, y culmindando con una peregrinación masiva al Santuario Original, el 18 de octubre de 2014, y luego a Roma.
El documento de la Conferencia 2014 dice:
La "piedra fundamental" es la celebración del acontecimiento fundacional. En torno a ella se nuclean los demás componentes de la celebración: en Schoenstatt, en Roma y localmente.
A partir de los aportes de los distintos países percibimos claramente que la MTA nos invita a una peregrinación abierta al santuario original el 18 de octubre de 2014. El lugar y el tiempo tienen para nosotros carácter de sacramentales.
La celebración en el lugar de origen debe estar en conexión simultánea con todo el mundo. Así se manifiesta la amplitud de irradiación de la corriente de gracias del santuario original y la gran fecundidad que retorna al Schoenstatt original después de 100 años.
La celebración jubilar tiene otro polo en Roma. Con nuestro Padre nos congregamos en el corazón de la Iglesia para renovar nuestro compromiso con ella y acentuar nuestro carácter misionero. Llevamos los frutos de nuestros Santuarios y nuestros proyectos apostólicos como regalo, y le pedimos al Santo Padre que nos envíe. Asumimos así el deseo del Fundador que está expresado en el santuario de Belmonte: omnia Matri Ecclesiae.
Fuente: Schoenstatt.org

PEDAGOGIA DE SCHOENSTATT



Pedagogía

FORMACION DEL HOMBRE NUEVO EN LA COMUNIDAD NUEVA
La propuesta pedagógica de Schoenstatt es parte de su misma esencia. Por eso se considera a sí mismo un movimiento de educación y de educadores.
Fundado en un inmenso amor a la Virgen María y dotado de un personalísimo carisma y una profunda visión del futuro, el Padre José Kentenich fue gestando a lo largo de su vida, con un fino instinto psicológico, una concepción psico-pedagógica-orgánica del hombre que, más tarde, se traduciría en una educación en el amor a través de la confianza, la libertad, los vínculos y los ideales, capaces de llevar a ese hombre a la alianza con Dios a través de María y a la unión creadora con los demás y con el entorno.
Frente a la atrofia de la capacidad para amar del hombre de hoy, debida a la separación de la fe y la vida, el Padre José Kentenich preconizó la vivencia de una nueva dignidad de cada hombre y mujer, fruto de la conciencia de saberse amado y llamado a la existencia por un Dios que es amor. Es en este contexto donde su pedagogía se convierte en camino para desarrollar de forma integral a los educandos que, así, podrán convertirse en hombres y mujeres libres y autónomos, capaces de actuar en la sociedad de un modo solidario, responsable y con rigor profesional y, sobre todo, con amor.
El Padre Kentenich ha descrito en numerosas jornadas su concepción de la educación. Con diferentes acentos y matices la define:
Educar significa servir desinteresadamente a la originalidad y particularidad ajena, es decir, servir desintersadamente a la gran vida que Dios ja depositado en cada persona.
J. Kentenich, para un mundo del mañana, 28
El fin de la educación es la madurez humana, religiosa y social del individuo. La vida es el criterio fundamental de la educación, proque educar es servir desinteresadamente a esta vida: "Educar siginifica concebir vida, despertar vida y transmitir vida", dice el P. Kentenich.

Rasgos de la pedagogía de Schoenstatt

A partir de las fuerzas pedagócicas: la pedagogía de la Alianza

Al visualizar las fuerzas que movilizan el proceso pedagógico hablamos en Schoenstatt de una pedagogía de la Alianza.
En la Alianza encontramos al hombre y a Dios, la naturaleza y la gracia. El hombre es agente activo de la educación. Como la arcilla que puede ser trabajada y convertirse en una obra de afte, así también el hombre - cada hombre - es potencialmente una obra maestra, imagen de la Trinidad. El individuo es el alfarero de su destino y responsable de su pasado, presente y futuro. Nadie puede quitarle este derecho ni manipular su existencia. Como actor del proceso debe "autoeducarse", es decir, tomar en serio la responsabilidad por su propia vida, de la cual rendirá cuentaos ante Dios.
En la Alianza, Dios viene en ayuda del hombre. Este recibe de Él la fuerza, las orientaciones, el sentido y la motivación para el proceso de cambio. La experiencia ha demostrado que toda "idea" pedagógica que conscientemente aparte los valores religioses, tropieya con las limitaciones inherentes a la naturaleza y conduce a contradicciones intrínsecas. La pedagogía de la Alianza de funda en el adagio tomista: "La gracia presupone la naturaleza, la eleva y perfecciona." Mientras mejor dispuesta esté la naturaleza - más sana y reconciliada - más fecunda será la gracia. La gracia planificará las potencias naturales existentes. No hay dicotamía ni contradicci¿on entre ambas fuentes sino colaboración armóncia.

A partir del educador: Pedagogía de confianza, Pedagogía de libertad y pedagogía de amor

La pasión a educar: he aquí la clave del educador schoenstattiano. A partir del educador definimos la pedagogía de Schoenstatt o pedagogía kentenijiana como una pedagogía de confianza, de libertad y de amor.

Pedagogía de confianza

Hay que ganarse la confianza y brindar confianza. Para ganarse la confianza, es imprescindible el contacto con la vida. Sin ese fluido vital que emana del educador, sin el hilo magnético de empatía y simpatía que conduce a una relación de intimidad y diálogo, no se logrará nunca la confianza.  Hay que "hablar el mismo lenguaje", captar los intereses y las necesidades, aprender a escuchar y ejercer la labor con paciencia y un gran desprendimiento. De especial importancia es que se respete la misión, la originalidad y las necesidades del otro. Ganarse la confianza es fruto de una autoridad interior.
En segundo lugar, el educador debe brinder confianza. Se trata de despertar la corresponsabilidad, actitud esencial para crecer como persona autónoma y creadora.

Pedagogía de la libertad

Tocamos aquí uno de los aspectos centrales de la pedagogía kentenijiana: la educación para la autonomía. "Tenemos que formar hombres que sepan decidirse por sí mismos, impulsados desde adentro, y que aprenden a obedecer a su conciencia." (P. J. Kentenich, 1931). De allí que una de las pautas de autocrítica del educador schoenstattiano sea la siguiente: "Una pregunta decisiva: ¿Eduqué hombres autónomos que pueden proseguir su camino con valentía, aun sin mí?"
Cuanto mayor sea el margen de la libertad, tanto más se forjan las personalidades con brillo personal y se evita una postrera rebellión o compensación tardía. Los "moldes" pedagógicos y las educación según "clisés" nuca darán los respultados auténticos y óptimos que se desean para el tiempo de hoy. La tarea central del educador es conducir a través de una atmósfera positiva, de un clima motivador, donde los valores sean captados en todos los niveles: intelectual, volitivo y acectivo. Surgirán los compromisos serios pero libres, que emergen del interior del individuo o de la comunidad. El educador que sabe trabajar con el principio de la vida, suele conducir a la magnanimidad, no obliga bajo la presión y programación del "deber" sino bajo la surgerencia del "poder" y "querer".

Pedagogía de amor

Las exigencias deben estar siempre inspiradas por el amor y conducir al amor. El Padre Kentenich lo definía como "amor pedagógico", y entendía por tal el amor que tiene la virtud de transferir vida al educando. Sin este amor pedagógico no existe educación. Es pedagogía basada en el ejemplo del Buen Pastor.

A partir de los medios: La Pedagogía de las vinculaciones

El hombre es un ser relacional. Su identidad se consolidará en la medida en que pueda desarrollarse como tal. Las vinculaciones son el medio educativo más rico para alcanzar un buen éxito pedagógico. El Padre Kentenich ha hecho un análisis de la importancia de los vínculos. Percibió que la soledad y aislamiento, el abandano y la insatisfacción, el empobrecimiento y las deficiencias psíquicas  y mentales, el miedo y los temores en que vive el hombre de hoy tienen una fuente común: la ausencia o atrofía de los verdaderos vínculos.
Las vinculaciones son relaciones cimentadas en la unión afectiva e inspiradas en el amor, que mantienen una gran continuidad. Nacen de las experiencias profundas, captan a toda la pesona, su inteligencia, voluntad y sentimientos. Suelen anidar el subconsciente y mueven a actitudes y compratamientos motivados por su energía propia. No están sujetas a variaciones momentáneas, sino que se prolongan por un largo período o por toda la vida del hombre.
La respuesta a esta situación la encuentra el Padre Kentenich en lo que llama el "organismo de vinculaciones". Schoenstatt conoce y trabaja en la pedagogía con tres tipos de vinculaciones básicas:
  • vinculaciones a personas (familia, grupos, María, santos...)
  • vinculaciones a lugares (Santuario, Santuario Hogar...)
  • vinculaciones a ideas o valores.

A partir de la modalidad: Pedagogía orgánica

La educación es un proceso integral: abarca la totalidad del individuo y sus etapas. Si el hombre es una realidad orgánica, también el proceso de su crecimiento será orgánico. Esta "organicidad" conoce leyes que deben respetarse como modalidades de la educación: El crecimiento es lento, el crecimiento va desde dentro hacia fuera, y de una totalidad orgánica -germinal - a otra totalidad orgánica - más global.

A partir de la meta: Pedagogía del ideal

La meta de la educación es la madurez humana y religioso del individuo. Pero por encima de esta madurez, Schoenstatt conoce la pedagogía del ideal. El ideal es algo más que un proyecto de vida; es la respuesta a las preguntas existenciales: ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?,¿ A dónde voy?
El ideal personal presupone la fe en que cada persona es irrepetible y singular. Este individualidad la recibe de Dios, el Creador. En la mente y el corazón divino hay una concepción original de cada individuo. Como el artista que concibe la obra antes de realizarla, así Dios, el gran "Artífice", tiene una idea pecularísima de cada ser. La tarea, y por tanto el ideal, está condicionada por la estructura física, psíquica y espiritual del individuo; también la atmósfera propia - época, circunstancias, ambientes sociales, culturales y familiares - van conformando y esclareciendo la misión de vida. El ideal personal puede definirse como las disposiciones y actitudes fundamentales del alma que, fielmente cultividas, se desarrollan orgánicamente hacia la plena libertad humana y de los hijos de Dios. El ideal personal no es una idea abstracta; está ya en germen en el individuo, en sus anhelos, es sus capcidades y en su historia. En el mundo actual, donde el individuo corre peligro de perder su núcleo y negar su identidad, siendo vivido desde afuera y manipulado en sus inquietudes y necesidades, la pedagogía del ideal ayuda a armonizar la personalidad, mantener la identidad y brindar sentido a la vida.
Lo que dijimos del ideal personal vale análogamente para cada grupo social. La familia, la empresa, el colegio y la parroauia, pueden hallar en la pedagogía del ideal un medio propicio para crecer y desarrollarse original y fecundamente. El ideal comunitario es la figura del ideal de una comunidad nueva, aquella formada por individuos nuevos y movidos por la fuerza que proporcionan la comunión en el amor y la participación en un idea.
La sistematización de estos ejes pedagógicos describe un proceso vital, por tanto se trata de aspectos de un todo. Al describirlo distinguimos, para un mejor análisis y comprensión, realidades que se dan vitalmente entrelazadas y que se complementan. La propuesta pedagógica de Schoenstatt se concreta en conceptos pedagógicos para la educación de niños y jóvenes en la familia, en jardines de infantes y colegios, como también en la formación en el ámbito eclesial y empresarial, y su aplicación en la comunicación, el liderazgo, en lo político y en el compromiso social.
Fuentes:
Tiempos más nuevos, Madrid
P. Guillermo Carmona: La pedagogía de Schoenstatt, en: Schoenstatt, ¿qué es?, Editorial Patris Argentina, 2003, ISBN 950-9579-52-1
Iniciativas pedagógicas de Schoenstatt

Para profundizarse en el tema:

TODOS LOS 2° DE CADA MES MISA EN EL TERRENO

Nuestra querida MTA es fuente de muchas alegrías. Ella no sólo se preocupa de educarnos en la fe y en la densidad de valores cristianos, sino que también es una motivación a superarnos en cosas tan concretas y útiles de la vida humana como el cultivo del intelecto y el aprecio por lo académico. Todo lo que hace a la formación humana e integral es preocupación de María de la Alianza”

Domingo

Querida Familia, se acerca el 2º domingo de mes donde nos encontraremos a las 11hs.
Felices de poder reunirnos en nuestro Terreno
De compartir la Santa Eucaristía
Sabemos que nos cuesta, pero ustedes no se
imaginan la alegría que debemos provocar a nuestro
Padre del cielo, a nuestra Mater y nuestro padre José,
el de poder ver a una familia unida y comprometida.
No desaprovechemos esta nueva oportunidad que
se nos brinda

UNIDOS POR EL AMOR A LA MATER
SONIA Y ALBERTO HIERREZUELO
COORDINADORES DIOCESANOS
MOVIMIENTO APOSTOLICO DE SCHOENSTATT - SAN JUAN

UN POCO DE HISTORIA

Una ermita en San Juan

Bendición de la ermita en San JuanSAN JUAN, Sonia y Alberto Hierrezuelo. Las Misiones 2010 “Manus Marie”, el rezo  del Santo Rosario en el terreno, capitales de gracias, el esfuerzo de su Asociación Civil, aportes y donaciones de la familia, concluyeron con una ermita de la MTA en San Juan, Argentina.

Todo comenzó en julio del año 2009

Bendición de la ermita en San JuanTodo comenzó en julio del año 2009, cuando la Familia de San Juan fue bendecida con un terreno para su futuro Santuario. Ubicado a pocos kilómetros de la ciudad, en una zona muy fértil, junto al Río San Juan y con las Sierras de Pie de Palo como marco.
Así comenzó la conquista: los misioneros de la Campaña junto a la comunidad de la Villa San Judas Tadeo comenzaron a acercarse a rezar allí el rosario, la Juventud Femenina y Masculina ofrecían como Capital de Gracias sus misiones “Manus Mariae” en las villas aledañas, la Rama de Madres sus Alianzas, las Profesionales sus reuniones quincenales.
Todo demostraba que la Mater quería instalarse allí.

Un sueño comenzó a gestarse…

BendiciónAsí comenzó a gestarse en sus mentes un sueño: levantar en su terreno la ermita de la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt y así, con su presencia, comenzar a regalar las gracias a quienes se acerquen a Ella.
Era necesario recaudar el dinero. Para ello se movilizó a toda la Familia que con mucho esfuerzo logró este fin. También hay que destacar los importantes aportes que se agregaron de muchas personas muy comprometidas con la Madre. Así llegaron a obtener el monto necesario para comenzar su construcción.
Fue a través de la Asociación Civil “San Miguel Arcángel” que llegaron a concretar este hermosa ilusión.

Llegó el día tan esperado

BendiciónLlegó el día tan esperado: 18 de diciembre de 2010. Con la presencia del Obispo Monseñor Alfonso Delgado, sacerdotes amigos, la Hermana Catalina Walsh, la Familia de San Juan, representantes de la Familia de Mendoza, autoridades del gobierno, vecinos de la zona, en un acto emotivo bendijeron su ermita, celebraron la Santa Eucaristía y renovaron la Alianza de Amor con la Mater.
“Fue un día de fiesta para nuestro espíritu que quedará plasmado en nuestras mentes y corazones”, comparten Alberto y Sonia, coordinadores diocesanos. “Fuimos elegidos como humildes instrumentos para que se instalara allí, rodeada de una corona de flores como una verdadera triunfadora, sonriente ante los ojos de todos sus hijos, que dichosos de su presencia, agradecíamos a Dios por habernos regalado a su Madre”.
Gracias, Madre, por estar allí, derramando tus gracias y bendiciones a todo el pueblo sanjuanino que acude a Ti.