miércoles, 12 de junio de 2013
"Mi vida y Yo ": ".. SUPERAMOS ALGO .."
"Mi vida y Yo ": ".. SUPERAMOS ALGO ..": El ser humano se adapta a todo. Supera el dolor,cierra historias,empieza de nuevo,olvida... ...
martes, 11 de junio de 2013
JOSE KENTENICH
Padre José Kentenich
Primeros años de vida
José Kentenich nace en Gymnich, Alemania en 1885. Crece sin padre y su madre, de escasos recursos, se ve obligada a llevar a su hijo de 9 años a un orfanato. En la capilla de ese lugar, su madre encomienda la vida de José al cuidado y la educación de la Virgen María, consagrándolo a Ella. Este hecho marcará profundamente para siempre la vida del niño.A los 11 años descubre que quiere ser sacerdote. Ingresa a la comunidad de los Padres Palotinos, donde, por su temperamento inquieto, su gran amor a la verdad y sus ansias de libertad, no siempre es comprendido por sus superiores. Sufre algunos años de crisis interior. Un salto en la fe y en la confianza en la Virgen lo ayudan a lograr la armonía. Ella será su madre, educadora y maestra en la fe durante toda su vida.
Fundación de Schoenstatt
En 1910 es ordenado sacerdote y comienza a trabajar en la formación de jóvenes. “Desde que fui ordenado sacerdote pude proyectar, formar y modelar en otros, el mundo que llevaba en mi interior”, recordaría años más tarde.Su programa para la educación de los jóvenes fue el siguiente: “Queremos educarnos bajo la protección de María como personalidades libres, firmes y apostólicas”.
En 1914, en una pequeña capilla abandonada en el valle de Schoenstatt, les propone a estos jóvenes sellar una Alianza de Amor con la Virgen para que Ella se establezca allí y los eduque como hombres nuevos para una sociedad nueva. Es el inicio del Movimiento Apostólico de Schoenstatt.
Durante la primera guerra mundial acompaña espiritualmente a los jóvenes que están en el campo de batalla. Al finalizar la misma, llegan al Movimiento las primeras mujeres. Con muchas de ellas, en 1920, funda la Federación de Mujeres y, posteriormente, en 1926, el Instituto Secular de las Hermanas de María. A éste le seguirán otros cinco institutos seculares fundados por él.
Campo de concentración
Al inicio de la década del ’30, se expanden los peligros del nacionalsocialismo. El P. Kentenich lo detecta y critica en él, la despersonalización y el pensar colectivista, la mentira como sistema y la sustitución del sentir religioso por una concepción racista y partidista. En las listas y archivos de Berlín se inscribe a Schoenstatt como uno de los grupos más peligrosos y hostiles al régimen nazi.Como consecuencia, en 1941, el P. Kentenich es encarcelado durante seis meses en Coblenza, y en 1942 es llevado al campo de concentración de Dachau, donde permaneció hasta 1945. Durante ese período, funda la Internacional Schoenstattiana y dos institutos seculares: los Hermanos de María y el Instituto de las Familias; también escribe textos teológicos, pedagógicos y ascéticos que muestran la libertad interior plena, la fe en un Dios providente y la dignidad de un hombre que conoce el sentido de su vida.
Viajes internacionales
Después de este tiempo, al finalizar la segunda guerra mundial, decide viajar por el mundo para proclamar el mensaje de Schoenstatt.Así, entre 1947 y 1952, llega a Latinoamérica y Sudáfrica, lugares donde las Hermanas de María habían fundado Schoenstatt ya en la década del 30. También viaja a Estados Unidos.
En enero de 1952 bendice el primer Santuario de Schoenstatt de la Argentina, en Florencio Varela.
La prueba más dura
Pero la experiencia más dura de su vida llega cuando la Iglesia prueba su fidelidad y obediencia; lo separa del Movimiento y lo envía como exiliado durante 14 años a Milwaukee, Estados Unidos. Muchas dudas acerca de su carisma y de su posición en la Obra por él fundada motivaron esta separación. El Padre Kentenich mantiene intacta su obediencia a la Iglesia y, a la vez, la convicción de que su carisma proviene de Dios. Confía plenamente en que María le allanará el camino para poder realizarlo.Al finalizar el Concilio Vaticano II es llamado a Roma y reivindicado por el Papa Pablo VI, en diciembre de 1965.
Últimos años
Tres años intensos de trabajo coronan su vida al servicio de su Familia.El domingo 15 de septiembre de 1968, fiesta de los 7 dolores de María, inmediatamente después de celebrar la Santa Misa, muere en la sacristía de la Iglesia de la Santísima Trinidad, en el Monte Schoenstatt, Alemania.
El epitafio que él eligió para su tumba, “Dilexit Ecclesiam, Amó a la Iglesia”, resume el sentido de su vida, su lucha y su gran sueño. A su tumba, erigida en el mismo lugar de su muerte, llegan innumerables peregrinos de todo el mundo para confiarle sus intenciones.
Rasgos fundamentales de su personalidad
Aquellos que lo conocieron destacaron cuatro rasgos fundamentales de su personalidad:- Encarnó la paternidad como un reflejo de la paternidad divina. En un mundo donde se experimenta una multiforme orfandad, quiso regalar a muchos hombres y mujeres su corazón acogedor, paternal y cálido. Para él, la autoridad sólo podía entenderse como un servicio desinteresado a la vida.
- Era un gran pedagogo que, por medio de un contacto vital con las personas, supo acompañar los procesos de vida, orientarlos hacia el ideal y promover siempre la libre decisión de quienes le fueron confiados.
- Poseía una destacada capacidad profética. Sabía discernir los signos de los tiempos, con “la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios”.
- Era un hijo de María, a quien profesaba un profundo y tierno amor. Ella es la educadora del hombre nuevo, la promotora de un nuevo orden social y forjadora de una santidad que se compromete con el mundo y con la historia.
Su obra se extiende por más de 110 países, de los cinco continentes. Personas de la más diversa condición social y cultural, lo tienen como su referente, padre y orientador.
domingo, 9 de junio de 2013
El hombre providencialista
es el hombre de visión amplia y profunda. Y tengan en cuenta que tendremos esta
visión en amplitud y en profundidad sólo si el Espíritu Santo desarrolla la fe
en nosotros, a través de sus dones, hasta su plena madurez
HUERFANO
Abandonado y solitario
Vago por el mundo
Mi padre me ha expulsado
Y no tengo un nido.
Con mano de hierro
Arrancado del amor materno
Me dejaron en el frío
De una multitud sin rostro.
A mi alrededor veo la paz
Palabras entusiastas
Para los padres, alabanzas
Yo sigo entre lágrimas.
Mi corazón muere de frío
Porque nadie me ama
Y yo sigo a la espera
De que alguien me ame. (15- setiembre- 1902)
No perdamos de vista esta intrínseca conexión : el
amor mediante
el cual unos se obsequian a otros en un plano infer
ior constituye un
seguro de que eso acontezca en el plano superior. ...
La relación
básica entre padre e hijo es un seguro para experim
entar la
realidad del Padre celestial. Sin este fundamento d
e vivencias en el
plano humano, el conocimiento y el amor de Dios seg
uirán siendo
una obra inconclusa, aunque el buen Dios regale la
gracia de
alcanzar la entrega a El sin esa asociación en los
planos
inferiores...”
“¿NO ERA ACASO NECESARIO...?” En el Evangelio de san Lucas, Jesús plantea a los discípulos de
“¿NO ERA ACASO NECESARIO...?” En el Evangelio de san Lucas, Jesús plantea a los discípulos de
Emaús esta pregunta : “¿No era acaso necesario que
el Cristo
padeciera todo eso y entrara así en su gloria?”.
La historia y misión del Padre Kentenich dan fundam
ento para
descubrir en ellas alguna semejanza con este mister
ioso “¿No era
acaso necesario?”. El tuvo que crecer sin padre. El
poema arriba
transcrito, que él compuso un fin de semana en Ehre
nbreitstein a la
edad de 16 años, refleja “su insatisfecho anhelo de
sentirse hijo
ante un padre. El sufre ante el rechazo de su propi
o padre a
reconocerlo como hijo” ( Hermana Doria Schlickmann,
Los Años de
Vida Oculta, pág. 141).
¿Fue acaso necesario que sufriera todo eso, para as
í convertirse
en el trasparente del Padre celestial que llegó a s
er? Con toda
certeza podemos afirmar que este sufrimiento tuvo u
n persistente
influjo en el desarrollo de su personalidad y poste
rior actividad.
Aquí también constatamos el profundo misterio de la
conducción
divina en su vida.
¿Qué nos dice todo esto? ¿Constato yo también en m
i propia
biografía, en la experiencia y decantación del sufr
imiento y del
desencanto, este “¿acaso no era necesario?...”. Pid
ámosle a
nuestro Padre Kentenich que nos ayude a profundizar
y dar nuestro
Sí al misterio de la conducción divina en nuestra v
ida personal. Y
que podamos acompañar servicialmente a los nuestros
en este
camino.
Félix Kreutzwald
LAS HUELLAS DE DIOS
El Santuario Hogar lugar privilegiado en donde como familia podemos descubrir las
huellas de Dios en nuestra vida
El método de la Fe Práctica en la Divina Providencia , sus pasos para descubrir
y discernir la voluntad de Dios tanto en lo personal como familiar.
Que el Santuario Hogar, sea una escuela en donde aprendemos a descubrir el
querer de Dios para nuestra Familia, y para la vida.
La Fe Práctica en la Divina Providencia
Al proclamar Benedicto XVI un año de la Fe, queremos descubrir cómo el Pa
-
dre José Kentenich nos invita a vivir nuestra Fe, de una manera práctica.
La Fe Práctica en la Divina Providencia es uno de los mayores aportes de la es
-
piritualidad de Schoenstatt a la Iglesia, que nos lleva a descubrir a Dios y su voluntad
en medio del mundo, en y a través de las creaturas, de lo material, de los afanes y cir
-
cunstancias concretas de la vida. No es solo una confianza en Dios, sino más bien una
cosmovisión, una búsqueda activa del Dios de la vida y de la historia que involucra
toda nuestra existencia, un camino de santidad para el mundo actual. Para las familias
es un método a través del cual, en Alianza de Amor se va descubriendo el querer de
Dios para cada familia, matrimonio, hijos, mundo laboral, social, etc.
El Santuario Hogar lugar donde como familia
descubrimos las
“huellas de Dios”
La Hna. Annete Nailis en el libro
“La santificación de la vida diaria”
explica
que todas las cosas son huellas y deseos encarnados de Dios:
“Las cosas de este
mundo no sólo tienen un valor propio, sino que además una significación simbólica.
Todas ellas son como pequeños profetas de Dios, que por encargo suyo nos traen una
buena nueva de Dios, de sus atributos y de sus propósitos, para inflamarnos en un
gran amor a Dios”.
Así,
todo lo que se viva dentro del santuario hogar
nos debe llevar a Dios.
Cada experiencia filial y fraterna debe llegar a ser camino para encontrarse con nuestro creador. Por el contrario, cuando las relaciones familiares no son cálidas y pierden
humanidad, se van depositando las semillas de la deshumanización.
Movimiento Apostólico de Schoenstatt, un movimiento dentro de la Iglesia
Movimiento Apostólico de Schoenstatt, un movimiento dentro de la Iglesia

Fue fundado por el Padre José Kentenich (1885 - 1968).
Su nombre deriva del lugar donde surgió: Schoenstatt, un barrio del
pueblo de Vallendar, próximo a Coblenza, Alemania. La fundación tuvo
lugar el 18 de octubre de 1914,
en el "Santuario original", una modesta capilla consagrada a la Sma.
Virgen. Schoenstatt interpreta esa fundación como una "Alianza de Amor"
según el modelo bíblico de la Alianza de Dios con los hombres.
La Sma. Virgen, la mujer que está cerca
de Dios y de los hombres, desempeña un papel central en esa Alianza de
Amor. Mediante dicha Alianza, en la cual es muy importante la mutua
responsabilidad de los aliados, se le pide a la Sma. Virgen que obre
especialmente en Schoenstatt como madre y educadora de los cristianos, y
los conduzca así hacia un amor a Dios y a los hombres que sea profundo y
vital, y capaz de proyectarse en la vida diaria.
La Alianza de Amor con la Sma. Virgen, y
la consiguiente vinculación al "Santuario original", se convirtieron en
eje de Schoenstatt en cuanto centro de espiritualidad, y en eje y hogar
espirituales del Movimiento apostólico internacional de Schoenstatt.
Hoy Schoenstatt es centro internacional y espiritual del Movimiento de Schoenstatt, presente en más de 110 países. En todo el mundo existen unos 200
centros de Schoenstatt con su correspondiente "Santuario de
Schoenstatt", copia fiel del Santuario original que se alza en
Schoenstatt/Vallendar. Schoenstatt acompaña y forma a varios millones de
personas en su camino de fe, sobre todo mediante la "Campaña de la
Virgen Peregrina de Schoenstatt", surgida en 1950 en Brasil. A través de
esta Campaña, la Iglesia va en busca de los hombres con una pastoral
misionera y de encuentro.
La espiritualidad de Schoenstatt está
marcada decisivamente por la fe en la conducción divina en la vida
diaria y por un organismo de vinculaciones a personas, lugares e
ideales.
Ya décadas antes del Concilio Vaticano
II el P. Kentenich percibió con claridad que la Iglesia necesitaba
personas y comunidades que estuvieran formadas desde lo interior de sí
mismas y no por el entorno que las rodeaba; personas y comunidades que
en el "espíritu de los hijos libres de Dios" supieran decidirse
personalmente por Dios. Schoenstatt considera que una de sus principales
tareas es mantener vivo el espíritu del Concilio Vaticano II y ayudar a
plasmarlo cada vez más en la realidad de la Iglesia.
En la labor concreta se trata de crear
las condiciones pedagógicas que promuevan una fe que cale en la vida
cotidiana. Junto con otros medios prácticos para la educación de la
personalidad, la espiritualidad de Schoenstatt ofrece sobre todo una
formación sustentada en la vida misma: en los acontecimientos, los
hombres, los encuentros, el Dios de la Vida nos habla y llama a obrar
concretamente.
En la Alianza de Amor y en la
vinculación a los diferentes Santuarios de Schoenstatt, los hombres
hallan un hogar en el amor misericordioso de Dios que es fundamento
firme para la actividad apostólica. Se entregan al amor redentor de
Cristo que impulsa hacia la acción evangelizadora. Tal como lo acentuara
el P. Kentenich en armonía con el Concilio, el objetivo es modelar el
mundo desde adentro y en el Espíritu Santo, llevar en sí mismo la
atmósfera religiosa y encauzarla hacia el entorno. De este modo
Schoenstatt procura generar un clima en el cual crezcan hombres,
cristianos, que se decidan libremente, que tomen iniciativas,
conscientes de la responsabilidad que tienen para consigo mismos, para
con los demás y para con el mundo, que se alegren de la variedad de
vocaciones y carismas.
Los miembros del Movimiento trabajan en
una gran cantidad de proyectos educativos, asistenciales, actividades en
el campo de las misiones, la cultura y la política, particularmente en
colaboración con otras comunidades religiosas e iniciativas de la
Iglesia
HISTORIA DE SCHOENSTATT
Historia
Panorama de la Historia de Schoenstatt: desde la capilla hasta los confines del Mundo
Cuando el P. Kentenich y los
estudiantes sellaron la Alianza de Amor con María en la pequeña capilla
en el valle de Schoenstatt, nació un lugar gracias, que se convirtió en
el origen de un Movimiento que crecería, y se expandería pero que
también experimentaría severas pruebas y tormentas.
El Padre Kentenich quería,
esencialmente, crear una vida espiritual que fuera adaptable a
condiciones de cambios rápidos del mundo moderno. Los propósitos y
planes de los jóvenes estudiantes fueron duramente puestos a prueba
cuando muchos de ellos fueron llamados a servir en los frentes de
batalla en la primera guerra mundial. Fue ahí que, esta nueva visión y
vida pasaron la prueba, y la vida y el testimonio de los jóvenes
miembros de Schoenstatt - apoyados por la revista MTA que llevó sus
experiencias más allá de sus propios rangos - atrajeron a más personas
de diferentes estados de vida.
Entre Guerras
Entre las guerras, Schoenstatt empezó a
crecer como un centro de retiros que servía a distintos grupos de
personas de diferentes estados de vida. El mismo P. Kentenich dio muchas
de las charlas y retiros, desarrollando el tema de la Alianza de Amor
con María. El hizo énfasis en como el mundo se movía hacia una nueva
era y la Iglesia debía dar una respuesta convincente a las necesidades
del tiempo. Durante los años 30, las actividades del Movimiento fueron
seguidas desde cerca por los Nazis.
Al mismo tiempo, El P. Kentenich empezó a
enviar Hermanas de María a otros continentes para expandir el
movimiento en los diferentes países. Era muy común que antiguos
estudiantes de la generación fundadora, que ahora trabajaban como Padres
Pallotinos en otros continentes, abrieran las puertas para ellas.
Internacional
En 1941 el P. Kentenich fue arrestado y
enviado al campo de concentración de Dachau por cuatro años. Él empezó a
expandir Schoenstatt ahí entre los prisioneros, también italianos,
polacos, checos y de otras nacionalidades.
En 1944 fundó, junto con ellos, la "Internacional."
El primer santuario filial fue
inaugurado el 18 de octubre de 1943, por Mons. Alfredo Viola, Obispo de
Salto, en Nueva Helvecia, Uruguay. Los santuarios filiales surgieron
por iniciativa de las Hermanas de María alemanas que fueron enviadas
como misioneras a los países sud-americanos.
Las Hermanas de Uruguay se habían dado
cuenta lo difícil que era vincular un pueblo a un santuario distante, y
además de eso, en territorio alemán, en un tiempo de guerra y subjeción
al nacismo. Tuvieron la iniciativa de construir una réplica del
Santuario Original, que fue inaugurada el 18 de octubre de 1943, en
Nueva Helvecia. Por ese entonces, el Fundador, P. José Kentenich, estaba
en Dachau, por eso no fue posible pedir antes su consentimiento
expresamente.
Al recibir noticias de este hecho, el P.
Kentenich vio una acción divina y asumió la idea de construir un
santuario filial en cada lugar donde Schoenstatt florecía. Hoy
Schoenstatt no es solo un lugar de gracias a orillas del Rin en
Alemania. En torno a cada santuario filial (200 hoy en día) Schoenstatt
es también un lugar hermoso donde muchos podemos experimentar la
presencia de Dios. Schoenstatt es una "red de santuarios" y quiere ser
un puente entre la tierra y el cielo, hasta que todo el mundo se
convierta en un "lugar hermoso."
Frutos de "Dachau"
En Dachau el Padre Kentenich pudo
experimentar en si mismo, y en la vida de aquellos schoenstattianos que
lo acompañaban, la fuerza transformadora y victoriosa de la Alianza de
Amor con la Sma. Virgen, con la Madre Tres Veces Admirable de
Schoenstatt.
Alianza de Amor vivida, ciertamente, a
la altura de la «Inscriptio», es decir, con una predisposición positiva
frente a la realidad de la Cruz y del sufrimiento. En ese banco de
pruebas vivió el choque frontal entre el «poder de las tinieblas» (cf
Col. 1, 13) y la Gran Señal, la «Mujer revestida del sol» (cf Apoc 12,
1). Y allí recibió una doble confirmación: por una parte, la catástrofe
antropológica hacia la cual marchaba el Occidente; por la otra, el
sello divino de la Obra que había fundado. Más aún, percibió que el
«fenómeno Dachau» no era un hecho aislado, sino más bien el preludio de
lo que, de una u otra manera, iba a suceder en todo el mundo. Los
campos de concentración -afirmará- han sido, al mismo tiempo, «campos
de preparación».
De ahí que, saliendo de Dachau, cambiara
la estrategia en la conducción de la Familia de Schoenstatt. Si hasta
ese momento, es decir, durante treinta años, su acción se caracterizó
por un estilo más bien silencioso y prudente, en adelante su actuar
llevará la impronta del riesgo, la audacia y una dinámica mucho más
fuerte.
Debemos registrar también otro hecho
decisivo: en el campo de concentración, el Padre Kentenich fundó la
«Internacional» de Schoenstatt. A ello lo llevó una lectura creyente de
las circunstancias, de los signos de los tiempos. Allí se encontraban
prisioneros sacerdotes de diversos países de Europa. En ese
acontecimiento, ¿Dios no le estaba indicando un camino para darle una
dimensión y dinámica internacionales a la Obra que había comenzado? El
18 de octubre de 1944, bajo la lluvia, el Padre Kentenich dio un paso
decisivo hacia adelante: «... Hoy queremos formar aquí una
«Internacional». Todos están representados. Hasta ahora Schoenstatt era
una obra limitada. Hoy rompe el marco y se hace internacional».
En Dachau, y en el Tercer Documento de
Fundación, encontramos las claves decisivas que iluminan todo el
periodo siguiente de su acción apostólica. Tras haber podido percibir,
en forma directa, los extremos de rebajamiento del hombre a que conduce
todo proyecto colectivista -cualquiera sea su variante o tonalidad-,
tras experimentar el espíritu con el cual se puede vencer ese tipo de
hombre y darle a su Obra una base conscientemente internacional, el
Padre Kentenich parte de Dachau. Y, en cuanto se lo permiten las
circunstancias, sale al mundo en búsqueda de aliados: «Nuestra misión
mariana no me ha dejado en paz; me ha dado fuerza y coraje para
rastrillar todo el mundo, buscando aliados que me ayuden a realizar
plenamente esta misión» (carta al Padre Carlos Sehr, 1956). Entre 1947 y
1952, visito a Sudáfrica, Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Estados
Unidos.
Pruebas
Durante este periodo escribió una larga
carta a las autoridades de la Iglesia en Alemania, que puso sobre el
altar del santuario en Bellavista, Chile, el 31 de Mayo de 1949. En esta
carta, el P. Kentenich resalta los peligros que enfrenta la Iglesia
debido a algunos modelos de pensamiento teológico que separaban la vida
de Dios de su creación y a nuestra humanidad del Espíritu, una actitud
que él describe como un "pensar, vivir y amar mecanicista." La carta no
fue comprendida sino considerada como ofensiva. Una respuesta a esto
fue la visitación a Schoenstatt por parte de las autoridades eclesiales
luego de la cual, el P. Kentenich fue exiliado a los Estados Unidos
por 14 años. Durante este tiempo, el Movimiento en Schoenstatt y en
otros países sufrió una severa presión y estuvo cerca de ser disuelto
en varias ocasiones. En el Movimiento, este tiempo llevó a una entrega
heroica y a muchos sacrificios, siguiendo el ejemplo de amor a la
Iglesia de su Fundador.
El Concilio Vaticano II abrió una nueva
visión de la Iglesia que comprendió mejor la obra del P. Kentenich y en
1965 fue llamado de regreso a su tierra y plenamente restituido por el
Papa Paulo VI. Durante los tres años siguientes le fue posible
continuar con su trabajo con el Movimiento, murió el 15 de septiembre
de 1968.
Después de la muerte del Padre
Kentenich, el Movimiento de Schoenstatt permaneció profundamente
vinculado a la persona del Fundador, trabajando en el crecimiento de una
fidelidad creativa a su misión y a su carisma, adaptándose a nuevos
ambientes culturales y a retos históricos.
Rumbo al centenario de la Alianza
En 1985, la celebración del cumpleaños
número 100 del P. Kentenich, el Movimiento de Schoenstatt se unió en una
gran celebración internacional en Schoenstatt y Roma, bajo el lema: Tu
Alianza - nuestra Vida.
Desde entonces, el Movimiento se ha
extendido en más países y, recuperándose de los "años de exilio,"
trabaja para ofrecer su contribución a la Iglesia y a la sociedad,
también en colaboración con otros movimientos eclesiales.
Desde el 1° al 7 de febrero de 2009, la
Conferencia 2014 dío inicio a nivel mundial a la preparación del
centenario de la Alianza de Amor, comenzando con el 18 de octubre de
2013, y culmindando con una peregrinación masiva al Santuario Original,
el 18 de octubre de 2014, y luego a Roma.
El documento de la Conferencia 2014 dice:
La "piedra
fundamental" es la celebración del acontecimiento fundacional. En torno a
ella se nuclean los demás componentes de la celebración: en
Schoenstatt, en Roma y localmente.
A partir de los
aportes de los distintos países percibimos claramente que la MTA nos
invita a una peregrinación abierta al santuario original el 18 de
octubre de 2014. El lugar y el tiempo tienen para nosotros carácter de
sacramentales.
La celebración en el
lugar de origen debe estar en conexión simultánea con todo el mundo.
Así se manifiesta la amplitud de irradiación de la corriente de gracias
del santuario original y la gran fecundidad que retorna al Schoenstatt
original después de 100 años.
La celebración
jubilar tiene otro polo en Roma. Con nuestro Padre nos congregamos en el
corazón de la Iglesia para renovar nuestro compromiso con ella y
acentuar nuestro carácter misionero. Llevamos los frutos de nuestros
Santuarios y nuestros proyectos apostólicos como regalo, y le pedimos al
Santo Padre que nos envíe. Asumimos así el deseo del Fundador que está
expresado en el santuario de Belmonte: omnia Matri Ecclesiae.
Fuente: Schoenstatt.org
PEDAGOGIA DE SCHOENSTATT
Pedagogía
FORMACION DEL HOMBRE NUEVO EN LA COMUNIDAD NUEVA
La propuesta pedagógica de
Schoenstatt es parte de su misma esencia. Por eso se considera a sí
mismo un movimiento de educación y de educadores.
Fundado
en un inmenso amor a la Virgen María y dotado de un personalísimo
carisma y una profunda visión del futuro, el Padre José Kentenich fue
gestando a lo largo de su vida, con un fino instinto psicológico, una
concepción psico-pedagógica-orgánica del hombre que, más tarde, se
traduciría en una educación en el amor a través de la confianza, la
libertad, los vínculos y los ideales, capaces de llevar a ese hombre a
la alianza con Dios a través de María y a la unión creadora con los
demás y con el entorno.
Frente a la atrofia de la capacidad para
amar del hombre de hoy, debida a la separación de la fe y la vida, el
Padre José Kentenich preconizó la vivencia de una nueva dignidad de
cada hombre y mujer, fruto de la conciencia de saberse amado y llamado a
la existencia por un Dios que es amor. Es en este contexto donde su
pedagogía se convierte en camino para desarrollar de forma integral a
los educandos que, así, podrán convertirse en hombres y mujeres libres y
autónomos, capaces de actuar en la sociedad de un modo solidario,
responsable y con rigor profesional y, sobre todo, con amor.
El Padre Kentenich ha descrito en numerosas jornadas su concepción de la educación. Con diferentes acentos y matices la define:
Educar significa servir
desinteresadamente a la originalidad y particularidad ajena, es decir,
servir desintersadamente a la gran vida que Dios ja depositado en cada
persona.
J. Kentenich, para un mundo del mañana, 28
El fin de la educación es la madurez
humana, religiosa y social del individuo. La vida es el criterio
fundamental de la educación, proque educar es servir desinteresadamente a
esta vida: "Educar siginifica concebir vida, despertar vida y transmitir vida", dice el P. Kentenich.
Rasgos de la pedagogía de Schoenstatt
A partir de las fuerzas pedagócicas: la pedagogía de la Alianza
Al visualizar las fuerzas que movilizan el proceso pedagógico hablamos en Schoenstatt de una pedagogía de la Alianza.
En la Alianza encontramos al hombre y a
Dios, la naturaleza y la gracia. El hombre es agente activo de la
educación. Como la arcilla que puede ser trabajada y convertirse en una
obra de afte, así también el hombre - cada hombre - es potencialmente
una obra maestra, imagen de la Trinidad. El individuo es el alfarero de
su destino y responsable de su pasado, presente y futuro. Nadie puede
quitarle este derecho ni manipular su existencia. Como actor del proceso
debe "autoeducarse", es decir, tomar en serio la responsabilidad por
su propia vida, de la cual rendirá cuentaos ante Dios.
En la Alianza, Dios viene en ayuda del
hombre. Este recibe de Él la fuerza, las orientaciones, el sentido y la
motivación para el proceso de cambio. La experiencia ha demostrado que
toda "idea" pedagógica que conscientemente aparte los valores
religioses, tropieya con las limitaciones inherentes a la naturaleza y
conduce a contradicciones intrínsecas. La pedagogía de la Alianza de
funda en el adagio tomista: "La gracia presupone la naturaleza, la eleva
y perfecciona." Mientras mejor dispuesta esté la naturaleza - más sana
y reconciliada - más fecunda será la gracia. La gracia planificará las
potencias naturales existentes. No hay dicotamía ni contradicci¿on
entre ambas fuentes sino colaboración armóncia.
A partir del educador: Pedagogía de confianza, Pedagogía de libertad y pedagogía de amor
La pasión a educar: he aquí la clave del
educador schoenstattiano. A partir del educador definimos la pedagogía
de Schoenstatt o pedagogía kentenijiana como una pedagogía de
confianza, de libertad y de amor.
Pedagogía de confianza
Hay que ganarse la confianza y brindar
confianza. Para ganarse la confianza, es imprescindible el contacto con
la vida. Sin ese fluido vital que emana del educador, sin el hilo
magnético de empatía y simpatía que conduce a una relación de intimidad y
diálogo, no se logrará nunca la confianza. Hay que "hablar el mismo
lenguaje", captar los intereses y las necesidades, aprender a escuchar y
ejercer la labor con paciencia y un gran desprendimiento. De especial
importancia es que se respete la misión, la originalidad y las
necesidades del otro. Ganarse la confianza es fruto de una autoridad
interior.
En segundo lugar, el educador debe
brinder confianza. Se trata de despertar la corresponsabilidad, actitud
esencial para crecer como persona autónoma y creadora.
Pedagogía de la libertad
Tocamos aquí uno de los aspectos centrales de la pedagogía kentenijiana: la educación para la autonomía. "Tenemos
que formar hombres que sepan decidirse por sí mismos, impulsados desde
adentro, y que aprenden a obedecer a su conciencia." (P. J. Kentenich, 1931). De allí que una de las pautas de autocrítica del educador schoenstattiano sea la siguiente: "Una pregunta decisiva: ¿Eduqué hombres autónomos que pueden proseguir su camino con valentía, aun sin mí?"
Cuanto mayor sea el margen de la
libertad, tanto más se forjan las personalidades con brillo personal y
se evita una postrera rebellión o compensación tardía. Los "moldes"
pedagógicos y las educación según "clisés" nuca darán los respultados
auténticos y óptimos que se desean para el tiempo de hoy. La tarea
central del educador es conducir a través de una atmósfera positiva, de
un clima motivador, donde los valores sean captados en todos los
niveles: intelectual, volitivo y acectivo. Surgirán los compromisos
serios pero libres, que emergen del interior del individuo o de la
comunidad. El educador que sabe trabajar con el principio de la vida,
suele conducir a la magnanimidad, no obliga bajo la presión y
programación del "deber" sino bajo la surgerencia del "poder" y
"querer".
Pedagogía de amor
Las exigencias deben estar siempre
inspiradas por el amor y conducir al amor. El Padre Kentenich lo definía
como "amor pedagógico", y entendía por tal el amor que tiene la virtud
de transferir vida al educando. Sin este amor pedagógico no existe
educación. Es pedagogía basada en el ejemplo del Buen Pastor.
A partir de los medios: La Pedagogía de las vinculaciones
El hombre es un ser relacional. Su
identidad se consolidará en la medida en que pueda desarrollarse como
tal. Las vinculaciones son el medio educativo más rico para alcanzar un
buen éxito pedagógico. El Padre Kentenich ha hecho un análisis de la
importancia de los vínculos. Percibió que la soledad y aislamiento, el
abandano y la insatisfacción, el empobrecimiento y las deficiencias
psíquicas y mentales, el miedo y los temores en que vive el hombre de
hoy tienen una fuente común: la ausencia o atrofía de los verdaderos
vínculos.
Las vinculaciones son relaciones
cimentadas en la unión afectiva e inspiradas en el amor, que mantienen
una gran continuidad. Nacen de las experiencias profundas, captan a toda
la pesona, su inteligencia, voluntad y sentimientos. Suelen anidar el
subconsciente y mueven a actitudes y compratamientos motivados por su
energía propia. No están sujetas a variaciones momentáneas, sino que se
prolongan por un largo período o por toda la vida del hombre.
La respuesta a esta situación la
encuentra el Padre Kentenich en lo que llama el "organismo de
vinculaciones". Schoenstatt conoce y trabaja en la pedagogía con tres
tipos de vinculaciones básicas:
- vinculaciones a personas (familia, grupos, María, santos...)
- vinculaciones a lugares (Santuario, Santuario Hogar...)
- vinculaciones a ideas o valores.
A partir de la modalidad: Pedagogía orgánica
La educación es un proceso integral:
abarca la totalidad del individuo y sus etapas. Si el hombre es una
realidad orgánica, también el proceso de su crecimiento será orgánico.
Esta "organicidad" conoce leyes que deben respetarse como modalidades de
la educación: El crecimiento es lento, el crecimiento va desde dentro
hacia fuera, y de una totalidad orgánica -germinal - a otra totalidad
orgánica - más global.
A partir de la meta: Pedagogía del ideal
La meta de la educación es la madurez
humana y religioso del individuo. Pero por encima de esta madurez,
Schoenstatt conoce la pedagogía del ideal. El ideal es algo más que un
proyecto de vida; es la respuesta a las preguntas existenciales: ¿Quién
soy?, ¿De dónde vengo?,¿ A dónde voy?
El ideal personal presupone la
fe en que cada persona es irrepetible y singular. Este individualidad
la recibe de Dios, el Creador. En la mente y el corazón divino hay una
concepción original de cada individuo. Como el artista que concibe la
obra antes de realizarla, así Dios, el gran "Artífice", tiene una idea
pecularísima de cada ser. La tarea, y por tanto el ideal, está
condicionada por la estructura física, psíquica y espiritual del
individuo; también la atmósfera propia - época, circunstancias,
ambientes sociales, culturales y familiares - van conformando y
esclareciendo la misión de vida. El ideal personal puede definirse como
las disposiciones y actitudes fundamentales del alma que, fielmente
cultividas, se desarrollan orgánicamente hacia la plena libertad humana y
de los hijos de Dios. El ideal personal no es una idea abstracta; está
ya en germen en el individuo, en sus anhelos, es sus capcidades y en
su historia. En el mundo actual, donde el individuo corre peligro de
perder su núcleo y negar su identidad, siendo vivido desde afuera y
manipulado en sus inquietudes y necesidades, la pedagogía del ideal
ayuda a armonizar la personalidad, mantener la identidad y brindar
sentido a la vida.
Lo que dijimos del ideal personal vale
análogamente para cada grupo social. La familia, la empresa, el colegio y
la parroauia, pueden hallar en la pedagogía del ideal un medio
propicio para crecer y desarrollarse original y fecundamente. El ideal comunitario
es la figura del ideal de una comunidad nueva, aquella formada por
individuos nuevos y movidos por la fuerza que proporcionan la comunión
en el amor y la participación en un idea.
La sistematización de estos ejes
pedagógicos describe un proceso vital, por tanto se trata de aspectos de
un todo. Al describirlo distinguimos, para un mejor análisis y
comprensión, realidades que se dan vitalmente entrelazadas y que se
complementan. La propuesta pedagógica de Schoenstatt se concreta en
conceptos pedagógicos para la educación de niños y jóvenes en la
familia, en jardines de infantes y colegios, como también en la
formación en el ámbito eclesial y empresarial, y su aplicación en la
comunicación, el liderazgo, en lo político y en el compromiso social.
Fuentes:
Tiempos más nuevos, Madrid
P. Guillermo Carmona: La pedagogía de Schoenstatt, en: Schoenstatt, ¿qué es?, Editorial Patris Argentina, 2003, ISBN 950-9579-52-1
Iniciativas pedagógicas de SchoenstattTiempos más nuevos, Madrid
P. Guillermo Carmona: La pedagogía de Schoenstatt, en: Schoenstatt, ¿qué es?, Editorial Patris Argentina, 2003, ISBN 950-9579-52-1
Para profundizarse en el tema:
- P. Ángel Strada, Propuesta Pedagógica, Editorial Patris Argentina
- P. Horacio Sosa: El perfil del educador, Editorial Patris Argentina, ISBN 950-9579-33-5
- Tiempos más nuevos: La pedagogía de Schoenstatt
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